Normalmente cuando pensamos en estos dos conceptos, los pensamos como excluyentes, incluso algunos dirían que son opuestos, o eres emprendedor o corporativo. Cuando pensamos en un “emprendedor” nos imaginamos a una persona que funda una empresa, les pensamos en términos como innovador, visionario, soñador, audaz; que arriesga e invierte su dinero y que genera ganancias económicas a raíz de alguna idea creativa, y por otro lado, cuando pensamos en un “corporativo”, nos imaginamos a alguien que es talentoso; que sin duda genera valor, que hace las extra-millas, pero siempre trabajando desde la empresa y contando con el apoyo y los recursos de la compañía.
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